jueves, 23 de octubre de 2008

LA ALIENACION PERMANENTE


El zurdo concientizado lee a Kafka y así confirma que vive alienado.
Contaba Kafka que cierto ratón pasaba de habitación en habitación empujado por paredes que cada vez lo acorralaban más y más, dirigiéndolo inexorablemente hacia una trampera.¡Cambia el rumbo! -gritó el gato- y se lo comió.
El hombre, para el zurdo, es como el ratón kafkiano.

Resulta, según cuenta Henri Lefebvre, que el hombre no puede evitar su destino pues su razón se aliena, se enajena y habita fuera de él, viviendo en función de fetiches impuestos socialmente por la clase dominante(ideologías, dinero, estado, moral, etc.), que parecen vivientes y en cierto modo lo son, pues reinan sobre lo humano. El hombre no puede deshacerse de ese "otro de sí mismo" que son estos fetiches. Por tanto, no es libre.
Si el hombre es semejante porquería, francamente no se ve por qué habría que tomarse el trabajo de liberarlo, pero sigamos con los alienados.

El hombre, entonces, no será libre hasta que su razón se emancipe de los "fetiches", dominando y organizando cada una de las actividades humanas.
¿Y cuando llegará ese momento?
¡Sí, adivinó!
Cuando triunfe el marxismo.
Suprimidas las clases, el dinero, las naciones, las mercancías, las religiones, la moral, la propiedad privada, las tradiciones y las pastillas de menta, el hombre sólo dirigirá su razón a sí mismo y adquirirá un poder ilimitado sobre la naturaleza, pues mientras a ésta puede interpretarla cualquier opa, sólo el zurdo es capaz de transformarla.
Si cuando hay que salir llueve, el alienado se quedará en casa, o se pondrá un piloto o una campera, o tomará un paraguas, todas opciones de libertad ficticia -fetiches impuestos por la clase dominante- puesto que no impiden que llueva.
El zurdo liberado escupe pa' arriba.

Un inglés gordo que tenía la saludable costumbre de escribir libros en tabernas mientras regaba sus neuronas con ingentes cantidades de cerveza, nos dice que el problema es que "el materialista no abriga la menor duda sobre el hecho de que la historia humana sea una cadena continua de causación, así como la persona que está completamente segura de ser un pollo. Los materialistas y los locos no saben dudar".

Como dato curioso, entre las fuentes que estoy consultando para elaborar este repugnante panfleto tengo a mano "El Capital al Alcance de Todos" escrito por el aristócrata millonario, y por ende zurdo, Carlo Cafiero, quien curiosamente luego de una vida dedicada a la lucha contra la alienación, terminó sus días en un manicomio porque estaba completamente chiflado. Otro que se la pasó liberando al hombre de la locura fue Luis Althusser, un renovador del marxismo francés [1] que en su batalla contra nuestra alienación (¡gracias papá!) asesinó a su esposa y terminó en un manicomio.

Es verdad que algún zurdo podrá objetarme diciendo que los infelices de Cafiero y Althusser se volvieron locos porque se volvieron locos, no porque fueran zurdos. Dialécticamente, puede ser. Pero materialmente queda probado que corre más riesgo la salud mental de un filósofo marxista que la de un leñador analfabeto.

[1] Como la doctrina Marx no funcionaba, apareció Lenín y la renovó. Después Rosa Luxemburgo renovó a Lenín. Después Gramsci renovó a Rosa Luxemburgo, después Lefebvre renovó a Gramsci, después Althusser renovó a Lefebvre. Tanta renovación compulsiva demuestra que la realidad es pertinazmente reacia a amoldarse al marxismo.

Acá sí podés dejar tu comentario (no es Página 12) y no te lo voy a censurar (no estamos en Cuba)

2 comentarios:

  1. Me encanta jajajaja tanta gente tendría que leer esto.

    Más allá de que para mi ese "fetichismo" del que habla si me parece real y alienante pero no desde una clave dicotómica marxista, sino más bien existencial.

    Gracias. Agustín

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